31 de mayo: Día Mundial Sin Tabaco

El tabaquismo es responsable de gran parte de las muertes en el mundo. La mitad de las muertes por tabaco ocurren entre los 35 y los 69 años, lo que significa que se pierden en promedio 20 a 25 años de vida. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 600.000 personas que no fuman mueren cada año como consecuencia de su exposición al humo de tabaco ajeno.

Error al crear miniatura: No se ha podido guardar la miniatura

En la Argentina, se estima que mueren 123 personas cada día debido al cigarrillo. En 2013, el 25% de los argentinos mayores de 18 años fumaba, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Si bien los ambientes “libres de humo” han disminuido el tabaquismo en algunas regiones del país, el número de mujeres y de jóvenes que fuman sigue en aumento.

Los infartos de miocardio, el ACV y muchos cánceres están vinculados con el tabaquismo. Según un estudio de IECS del año 2015, 68.100 internaciones por enfermedades cardíacas e infartos pueden atribuirse cada año a la adicción al cigarrillo.

El cigarrillo contiene más de 4.000 compuestos químicos, algunos de ellos cancerígenos. La nicotina es el compuesto que causa adicción, y también el que genera estrés cardiovascular. Al encender un cigarrillo y con la primera pitada, el humo y la nicotina llegan a los pulmones. En apenas 7 segundos, la nicotina llega al cerebro, provocando una serie de efectos a nivel cognitivo (mejora la atención y la memoria), emocional (sensación de placer y reducción de la ansiedad) y, también, supresión del apetito. A los 20 minutos, sin embargo, la nicotina desaparece de la circulación sanguínea y una hora después la persona siente el impulso de encender un nuevo cigarrillo.

Quebrar ese círculo de consumo no es fácil, pero es ciertamente posible si una persona tiene la motivación para hacerlo. Una razón para dejar el tabaco para algunas personas es la presión social, que los hace sentir fuera de lugar en su círculo familiar o de amigos en una época donde la población deja de fumar. Para otros, la motivación principal son los beneficios para la salud: respirar mejor, poder hacer más actividad física, disminuir los riesgos cardíacos y la amenaza del cáncer de pulmón, evitar la disfunción eréctil (varones) o mejorar las probabilidades de embarazo (ambos sexos).

Error al crear miniatura: No se ha podido guardar la miniatura

En verdad, dejar el cigarrillo tiene efectos positivos que se pueden ver casi de inmediato y, también, a largo plazo. Por ejemplo, dos días después del “basta”, la nicotina desaparece de la sangre y se recupera el olfato y los sabores de las comidas. Es cierto que algunas personas experimentan entonces un “síndrome de abstinencia”, que puede manifestarse como deseo compulsivo de fumar, sentimientos de ira, frustración, ansiedad o hambre, cansancio, dificultad para concentrarse, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, temblores, entre otros. Pero los especialistas en cesación tabáquica cuentan con métodos farmacológicos y de contención para disminuir y controlar este síndrome. Los síntomas de la abstinencia son transitorios y, cuando se presentan, pueden durar entre dos y cuatro semanas.

En cualquier caso, a los 15 días se pierde la adicción física a la nicotina del tabaco. A los seis meses, se reducen los catarros y bronquitis, y al año disminuye a la mitad el riesgo de infarto. A los 10 años de haber dejado el tabaco, el riesgo de cáncer de pulmón es el mismo en quienes fumaron y quienes, no.


» Vea todas las noticias de WikiCardio