Volver a trabajar después de un infarto

Volver a trabajar después de un infarto


Volver a trabajar después de un infarto no es fácil, pero muchos pacientes tienen la firme voluntad o necesidad económica de hacerlo lo antes posible. Según datos daneses, entre el 63% y el 95% de los pacientes que tuvieron un síndrome coronario agudo retornan a sus tareas dos o tres meses después del episodio. Sin embargo, al año, 1 de cada 4 deja de trabajar. ¿Cómo evitar esta deserción? Los especialistas subrayan la importancia de hacer rehabilitación cardíaca antes de retomar las actividades diarias para evitar problemas en el regreso laboral.

Tras un infarto de miocardio, los pacientes –y también sus familiares- pueden sufrir ansiedad, depresión o miedo a volver a realizar tareas fuera del hogar. En los mayores de 55 años, las mujeres suelen abandonar más el trabajo que los hombres después de un problema cardíaco. Las personas obesas, que fuman o que tienen bajo nivel educativo también muestran más propensión a dejar de trabajar que el resto.

Por supuesto, todo depende mucho del trabajo que deberá retomar el paciente: no es lo mismo volver a pasar varias horas en una obra en construcción o ante un curso repleto de escolares que retomar una labor administrativa frente a una computadora. También depende de la condición cardíaca del afectado: es importante evaluar si el paciente quedó con una alteración en el ritmo cardíaco o un trastorno en la función del ventrículo izquierdo para bombear sangre, o si le pusieron un marcapasos que lo obliga a evitar ciertos campos eléctricos.

En cualquier caso, dicen los expertos, los pacientes podrán lograr su objetivo de reinsertarse laboralmente en forma más fácil si se suscriben a un programa de rehabilitación cardíaca tras el problema coronario. Estos programas cuentan con equipos multidisciplinarios que monitorean la capacidad de hacer actividad física, ofrecen apoyo psicológico y recomendaciones para adoptar un estilo de vida saludable. Además, los cardiólogos enfatizan la importancia del involucramiento de los familiares para lograr una reinserción laboral exitosa del paciente.

“La mejor manera de reinsertarse laboralmente después de un síndrome coronario es volver al trabajo que uno conoce”, señala Rona Reibis, una de las autoras de un estudio recientemente publicado en el European Journal of Preventive Cardiology. “Quienes sufrieron un ataque cardíaco relativamente pequeño, están tomando su medicación y no recibieron el implante de un dispositivo, pueden volver a trabajar sin ninguna precaución extra”, dice Reibis. Otros pacientes pueden necesitar bajar su carga laboral. “Durante los primeros dos meses, si siente que no puede mantener el ritmo, modifíquelo”, aconseja la cardióloga. “No espere hasta que la tarea se vuelva inmanejable y tenga que renunciar. Y trate de reducir el estrés, por ejemplo, delegando algunas responsabilidades por 6 meses”, recomienda la especialista de la Universidad de Postdam, Alemania.

Respecto de la posibilidad de manejar un auto, no hay reglas iguales en todos los países. En España, por ejemplo, se permite conducir a las dos semanas de haber recibido un marcapasos y a las tres semanas de haber sufrido un infarto de miocardio. Pero no se autoriza a manejar a las personas que sufren de angina (dolor de pecho) en reposo. Los expertos recomiendan que los conductores profesionales de taxis o camiones realicen una serie de exámenes psicofísicos (por ejemplo, ergometría, electrocardiograma) antes de retomar sus tareas.

Dependiendo del tipo de infarto padecido, los pacientes pueden demorar entre dos semanas y tres meses para retomar su vida normal. Más allá del trabajo, es importante enfatizar que los pacientes tomen toda la medicación según las indicaciones del médico en el momento del alta, que abandonen el tabaco y hagan ejercicio físico en forma regular.

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