Vasculitis

Son procesos que tienen como causa común la inflamación de los vasos sanguíneos (arterias, venas o capilares). La inflamación puede asociarse a la muerte (necrosis) del tejido de la pared del vaso sanguíneo.

La vasculitis afecta a personas de ambos sexos y de todas las edades.

Cuando un vaso sanguíneo se inflama, puede:

  • Estrecharse y dificultar el paso de la sangre.
  • Cerrarse completamente, de manera que la sangre no pueda pasar.
  • Estirarse y debilitarse, provocando hemorragias internas.


Si bien se desconoce la causa de la mayoría de los tipos de vasculitis, los factores genéticos parecen tener un rol importante en la enfermedad. En muchos casos, la vasculitis es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el cuerpo es atacado por su propio sistema inmunológico.

Algunos casos de vasculitis son causados por reacciones a medicamentos. Además, algunas infecciones crónicas -como los virus de la hepatitis C y B- pueden causar vasculitis.

La vasculitis puede formar parte de enfermedades reumáticas, como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide y el síndrome de Sjögren. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes la vasculitis no está asociada a otra enfermedad.

La vasculitis puede ser leve, estar inactiva o ser potencialmente letal. Los pacientes pueden padecer un único episodio de vasculitis o varios episodios durante varios años.


SÍNTOMAS:

La vasculitis puede afectar negativamente el flujo de sangre a los tejidos de todo el cuerpo, incluyendo los tejidos de los pulmones, los nervios y la piel. Por lo tanto, la vasculitis tiene una amplia gama de síntomas, como:

  • Dificultad para respirar y tos.
  • Adormecimiento o debilidad en una mano o un pie.
  • Manchas rojas en la piel ("púrpura"), bultos ("nódulos") o llagas ("úlceras").
  • Alteración del funcionamiento renal, que inicialmente puede no dar síntomas.


EXÁMENES DIAGNÓSTICOS:

  • Biopsia: extracción quirúrgica de una pequeña muestra de tejido para su inspección bajo el microscopio.
  • Angiograma: para detectar anomalías en los vasos sanguíneos.
  • Análisis de sangre: se detectan anticuerpos específicos.


TRATAMIENTO:

Debe ser individualizado, de acuerdo con el tipo de vasculitis del que se trate, la edad del paciente y otros factores.

Generalmente, se utilizan drogas inmunosupresoras, como los corticoides, metotrexato, ciclofosfamida, azatioprina, micofenolato y otras.