Tratamiento para las arritmias

Son medicamentos que se utilizan para controlar las alteraciones del ritmo cardíaco, cuyos síntomas pueden incluir palpitaciones, latidos irregulares, mareos y falta de aire.

Para que el corazón funcione en forma regular y sincrónica, necesita estimulación eléctrica. Si un corazón tiene zonas dañadas (por ejemplo, por un infarto de miocardio), pueden producirse impulsos eléctricos anormales.

Los medicamentos antiarrítmicos son capaces de modificar el estímulo eléctrico anormal en el corazón dañado. Sin embargo, también pueden afectar al estímulo eléctrico normal, provocando nuevas arritmias. A veces, un antiarrítmico puede causar más arritmias o agravarlas (lo que se denomina “proarritmia”).

Como cada antiarrítmico actúa de manera levemente diferente, no hay un único medicamento para tratar cada tipo de arritmia.

Estos fármacos se pueden administrar por boca, en una a dos tomas diarias, a lo largo de toda la vida. En situaciones de emergencia, algunos antiarrítmicos se pueden administrar también por vena.

Como todos los medicamentos, los antiarrítmicos no están exentos de efectos secundarios, que dependen de cada droga.

Los antiarrítmicos más utilizados, en orden alfabético, son: