El tabaquismo durante el embarazo es responsable del 15% de los nacimientos prematuros e incrementa significativamente el riesgo de muerte prenatal. Los bebés de madres fumadoras tienen menor peso al nacer (10 a 15 gramos por cada cigarrillo diario). También se incrementa el riesgo de asma, bronquitis e infecciones del niño durante la infancia.

Al dejar de fumar, la abstinencia a la nicotina puede generar irritabilidad, fatiga, deseo intenso de fumar, tos, hambre, insomnio. Los síntomas pueden ser intensos y, en algún momento, requerir medicación. Pero ocurren principalmente en la primera semana de haber dejado de fumar y pasan con el tiempo.

No es una manera segura para dejar de fumar, ya que si bien no contiene tabaco, tiene nicotina asociada a otros productos químicos. Cuando la batería del cigarrillo calienta estos compuestos, genera un vapor con una sustancia, llamada formaldehido, que es cancerígena. Además, el cigarrillo electrónico no suprime el deseo de seguir fumando.

Significa que los niveles de azúcar en la sangre están aumentados pero aún no están en el nivel de la diabetes (más de 126 mg/dl). La pre-diabetes se diagnostica cuando la glucemia se encuentra entre 100 y 126 mg/dl.

Se recomienda aumentar la ingesta de carbohidratos sin refinar, que se encuentran en cereales integrales, frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasas.

El tener padres o hermanos con diabetes aumenta el riesgo pero no significa que seguro vaya a tener la enfermedad. Existen otros factores que pueden aumentar el riesgo de diabetes, como la obesidad, el colesterol elevado, la hipertensión arterial, el sedentarismo y el tabaquismo.

Lo recomendado es realizar actividad física aeróbica (caminar, andar en bicicleta, correr, nadar, bailar), teniendo como objetivo 30 minutos por día o 150 minutos por semana. Para perder peso, el ejercicio diario debería ser de una hora diaria o 300 minutos por semana.

El “colesterol malo” alude a las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), que son las encargadas de transportar la mayor parte del colesterol en la sangre. El LDL puede acumularse en las paredes de las arterias, dando lugar a la arteriosclerosis.

El “colesterol bueno” (HDL) refiere a las lipoproteínas de alta densidad. Estos compuestos eliminan parte del colesterol LDL que se encuentra adherido a las paredes de las arterias, lo que evita o retrasa la acumulación de la peligrosa placa de colesterol (ateroma). Es deseable tener niveles altos de HDL para mantener las arterias sin depósitos de grasa.

Si tiene la presión arterial controlada con medicación es probable que tenga que tomarlos por tiempo indefinido. Si ha logrado disminuir la presión arterial con dieta y ejercicio físico, consulte a su médico para evaluar la posibilidad de suspender los fármacos.

Es importante consultar al médico para que evalúe sus antecedentes y presencia de síntomas, y también para la realización de un examen físico adecuado.

El electrocardiograma es el estudio necesario para la evaluación cardiológica antes de practicar cualquier deporte. En caso de realizar una actividad física en forma competitiva, se requieren más estudios.

Por ejemplo, quienes participan en carreras de running deberían hacerse un ecocardiograma y una ergometría. Quienes juegan al fútbol durante el fin de semana sólo necesitan un electrocardiograma y un examen físico previo, pero si participan en competencias de clubes deberían tener también un ecocardiograma y una ergometría.

El índice de masa corporal (IMC) es una fórmula que expresa la relación entre el peso y la estatura de una persona. Esta relación (peso dividido por el cuadrado de la altura) es el mejor indicador de obesidad y otros problemas de salud.

Los adultos con un IMC de 25 o más presentan sobrepeso u obesidad y están en riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Para tener un registro adecuado de presión arterial es necesario:

• Asegurarse que el brazalete de presión arterial sea del tamaño adecuado para el brazo y que esté en la posición correcta, sin arrugarse. Evitar usar ropa apretada.

• Medir la presión arterial en el brazo no dominante. (Es decir, si escribe con la mano derecha, lo indicado es medir la presión en el brazo izquierdo). Sin embargo, debido a que la presión arterial puede ser diferente en cada brazo, el médico puede recomendarle que la mida en ambos brazos.

• Colocar ambos pies sobre el piso con la espalda apoyada. Si le es posible, con el brazo a la altura del corazón, en una mesa o en el brazo de una silla.

• Dejar pasar media hora después de comer mucho, hacer ejercicio o beber café.

• Sentarse durante 5 minutos antes de tomarse la presión arterial. Evitar hablar. Puede ser necesario repetir la toma de presión tres veces, a intervalos de por lo menos 2 minutos.