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Revisión del 11:04 27 mar 2018


Cuidado con los ruidos

Varios diplomáticos destinados para representar a Estados Unidos en Cuba denunciaron poco tiempo atrás que padecían diversos síntomas que asociaban a un “arma” de ultrasonido empleada en secreto por las autoridades de la isla caribeña. Si bien no existen evidencias del uso de tal arma y algunos médicos se inclinan por atribuir los dolores de cabeza, los mareos, la dificultad para concentrarse y otros síntomas neurológicos a un fenómeno de origen psicológico, lo cierto es que el ruido se ha convertido en uno de los grandes enemigos de las poblaciones urbanas.

Cuidado con los ruidos

El ruido ambiental, especialmente durante la noche, puede desencadenar un problema cardiovascular, señalaron los autores de un estudio publicado recientemente en el Journal of the American College of Cardiology (JACC).

Varios estudios epidemiológicos han asociado los altos niveles de sonido con el estrés, las dificultades para dormir y realizar actividades cognitivas, la depresión y la ansiedad. En los últimos tiempos, además, se hizo más evidente el rol del ruido como factor que aumenta el riesgo de hipertensión arterial, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular y ataque cerebrovascular (ACV). De hecho, la Organización Mundial de la Salud inició una campaña en Europa para contrarrestar el ruido nocturno, que genera problemas de salud en 1 de cada 5 personas que viven en ese continente.

El ruido del tránsito puede producir daño en las arterias coronarias en forma independiente a la polución del aire. Hasta poco tiempo atrás, se desconocían los mecanismos por los cuales el sonido excesivo afectaba a los seres humanos y principalmente a los niños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas. Ahora, el cardiólogo Thomas Münzel, de la Universidad Gutenberg en Alemania, y sus colegas confirman que el ruido genera daño en las células que tapizan por dentro las arterias. Además, el sonido excesivo puede aumentar los niveles de ciertas hormonas, como el cortisol y la adrenalina, y producir otras alteraciones. El sonido de los aviones por la noche, de acuerdo con un estudio realizado en tejido aórtico, cambia la expresión de los genes que regulan la función de los vasos sanguíneos y la muerte celular.

Cuidado con los ruidos

Un estudio realizado en 2015 concluyó que por cada 10 decibeles de incremento en el sonido (a partir de 50 dB), aumenta un 6% el riesgo de enfermedad isquémica del corazón. “Apenas una noche de exposición al ruido de aviones puede causar disfunción vascular en personas sanas”, subrayó Münzel. “En pacientes con enfermedad coronaria, los efectos adversos del ruido nocturno son incluso más fuertes”.

¿Habrá que evitar los hoteles cercanos a aeropuertos? En lo posible, sí. Pero si bien los aviones son los mayores culpables en esta historia, también el tránsito de colectivos, autos y trenes contribuye a generar problemas cardiovasculares. Lo ideal es implementar barreras acústicas en las autopistas, usar materiales que aíslen el sonido en los dormitorios y fomentar el uso de vehículos eléctricos.

Cuidado con los ruidos


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