6 de abril: Día Mundial de la Actividad Física
El sedentarismo se ha convertido en uno de los más grandes enemigos de la humanidad. Según la Organización Mundial de la Salud, un 6% de las muertes se debe a la falta de actividad física. Además, la inactividad es la principal causa de aproximadamente el 25% de los cánceres de colon y mama, un 27% de los casos de diabetes y un 30% de los casos de cardiopatía isquémica.
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En Argentina, se calcula que mueren cada año 39.000 personas de entre 40 y 79 años a causa de la inactividad física. Según la última Encuesta de Factores de Riesgo, realizada por el Ministerio de Salud de la Nación, 1 de cada 2 argentinos no realiza actividad física suficiente y el sedentarismo es mayor en las mujeres que en los hombres.
Practicar ejercicio físico en forma habitual es una de las recetas más sencillas –y, a la vez, más difíciles de llevar a cabo en la era actual- para mantener el corazón saludable. Quienes se mueven todos los días tienen menos enfermedad coronaria, hipertensión arterial, accidente cerebrovascular (ACV), diabetes y depresión. Además, la actividad física es importante para mantener un peso saludable y prevenir el síndrome metabólico.
A nivel cardiovascular, la actividad física disminuye la frecuencia cardíaca en reposo y aumenta la expulsión de sangre del corazón en cada latido. También promueve la circulación sanguínea por los músculos y disminuye la formación de coágulos en las arterias. A nivel psicológico, el ejercicio disminuye el estrés y genera una sensación de bienestar.
Para promover estos beneficios, la OMS celebra cada 6 de abril el Día Mundial de la Actividad Física. En 2016, se hace hincapié en que los niños que se mueven serán los adultos saludables del futuro. La OMS aclara que no es preciso practicar un deporte para cosechar los beneficios del movimiento. Caminar a buen paso, andar en bicicleta, correr en forma recreativa, nadar y hasta bailar pueden disminuir los riesgos cardiovasculares.
La OMS recomienda realizar 30 minutos de actividad física al menos 5 veces por semana. Si una persona es sedentaria –porque, por ejemplo, trabaja muchas horas sentada frente a una pantalla o pasa mucho tiempo mirando la televisión o se moviliza sólo en auto- los expertos aconsejan comenzar poco a poco a moverse y ajustar la actividad física a la edad.
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Una posibilidad es comenzar con una caminata diaria, modificando la velocidad. A medida que pasen los días, se puede aumentar el tiempo de la caminata, hasta llegar a los 30-45 minutos en aproximadamente un mes.
En general, se recomienda:
- Niños y jóvenes entre 5 y 17 años: realizar 60 minutos de actividad física diaria, incluyendo juegos, es la mejor garantía de un desarrollo saludable.
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- Adultos entre 18 años y 64 años: 150 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada o bien 75 minutos de actividad física vigorosa.
Como mínimo, la actividad aeróbica debe durar 10 minutos cada vez que se inicia. Dos veces por semana, la actividad deberá buscar el fortalecimiento de los grandes grupos musculares.
Las mujeres embarazadas o en periodo puerperal y las personas con problemas cardíacos pueden tener que tomar más precauciones y consultar al médico antes de intentar alcanzar los niveles recomendados de actividad física para este grupo de edad.
- Mayores de 65 años: realizar alguna actividad física al menos 3 días a la semana.
Se recomienda que las personas que tienen más de 40 años consulten a su médico antes de empezar un programa de ejercicios. Es importante que un especialista emita un certificado de apto médico en personas que hacen deportes o ejercicios vigorosos con fines competitivos. También es fundamental mantener una alimentación saludable cuando se hace actividad física.
